Viernes 25 de septiembre | Lección 13 | UN PASO DE FE
“Los que tienen a su cargo la responsabilidad de velar por la salud espiritual de la iglesia deberían inventar medios y recursos a fin de dar a cada
miembro de la iglesia la oportunidad de realizar una parte en la obra de
Dios. No se ha hecho esto en el pasado con mucha frecuencia. No se han
trazado planes específicos para utilizar en el servicio activo los talentos de
todos. Hay tan solo pocas personas que comprenden cuánto se ha perdido
a causa de esto.
“Los dirigentes de la causa de Dios, como sabios generales, deben trazar
planes para llevar a cabo acciones de avanzada a lo largo de toda la línea.
En sus planes, deben tomar en cuenta especialmente la obra que los laicos
pueden llevar a cabo en beneficio de sus amigos y vecinos. La obra de Dios
en este mundo no podrá terminarse hasta que los hombres y las mujeres
que componen la feligresía de nuestra iglesia se interesen en la obra y unan
sus esfuerzos con los de los ministros y los dirigentes de la iglesia.
“La salvación de los pecadores requiere trabajo personal decidido. Tenemos que presentarles la Palabra de vida sin esperar que ellos vengan a
nosotros. ¡Quisiera poder hablar a hombres y mujeres palabras que los despierten a la acción diligente! Los momentos que ahora se nos han concedido
son escasos. Nos encontramos en el umbral mismo del mundo eterno. No
tenemos tiempo que perder. Cada momento es de oro y demasiado valioso
para dedicarlo únicamente a nuestro servicio personal.
¿Quiénes buscarán
fervientemente a Dios a fin de obtener de él poder y gracia para ser sus
obreros fieles en el campo misionero?
“En toda iglesia hay talentos, los cuales, con el trabajo adecuado, pueden
desarrollarse a fin de convertirlos en gran ayuda para la obra. Lo que ahora
se necesita para la edificación de nuestras iglesias es la excelente obra de
los sabios obreros que puedan discernir y desarrollar talentos en la iglesia,
talentos que puedan entrenarse para que el Maestro pueda usarlos” (TI
9:94, 95).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Cuál es el pensamiento principal de la cita anterior de Elena de
White? ¿Qué impacto puede tener en tu testimonio personal y la
obra misionera de tu iglesia?
2. Piensa en tu respuesta a la pregunta al final de la lección del domingo, sobre lo que has sacrificado por Cristo. ¿Qué, de hecho, has
sacrificado? ¿Por qué lo hiciste? ¿Valió la pena? ¿Cómo podrías
explicar, a alguien que no es cristiano, lo que hiciste y por qué lo
hiciste?
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