Lunes 21 de septiembre | Lección 13 | UN PASO DE FE
Imagina que eres Pedro y Juan. El sol acaba de salir en una hermosa
mañana en Galilea, ahuyentando el frío del aire nocturno. Tus pensamientos
están en una cosa: pescar peces; muchos de ellos. La pesca ha sido buena
recientemente, y estás esperando otro día de buena pesca. Luego, a la luz de
la madrugada, lo ves acercarse: Jesús de Nazaret. Poco imaginas que en unos
momentos toda tu vida cambiará. Nunca volverás a ser el mismo.
Lee Mateo 4:18 al 20. ¿Por qué crees que Pedro y Juan estaban dispuestos
a hacer un compromiso tan radical para seguir a Cristo? ¿Qué indicadores
hay en el texto de que Jesús los estaba llamando a un propósito más elevado
que pescar?
Del Evangelio de Juan aprendemos que estos hombres ya sabían algo
acerca de Jesús hacía más de un año, pero no se habían comprometido completamente con él. Aun así, debió haber habido un porte divino en Cristo,
algo en su apariencia, palabras y acciones que indicaron a estos pescadores
galileos que los estaba invitando a un llamado divino. La razón por la cual
dejaron sus barcas, su profesión y sus entornos familiares para seguirlo
fue porque sintieron el llamado a un propósito superior. Estos pescadores
comunes reconocieron que fueron llamados para un propósito extraordinario. Puede que Dios no te esté llamando a dejar tu profesión hoy, pero te
está llamando a un propósito extraordinario, y es compartir su amor y ser
testigo de su verdad para la gloria de su nombre.
Considera el llamado de Mateo, el recaudador de impuestos, en Mateo
9:9. ¿Qué ves en este pasaje que es bastante notable?
Los recaudadores de impuestos, en el mundo romano, a menudo eran extorsionadores que usaban su poder oficial para oprimir a la gente común. Eran
algunos de los personajes más odiados y despreciados en todo Israel. La invitación de Cristo, “Sígueme”, presupone que Mateo había oído hablar de Jesús
y que en su corazón deseaba seguirlo. Cuando llegó la invitación, estaba listo.
Le sorprendió que Cristo lo aceptara y lo invitara a ser uno de sus discípulos.
En lo profundo de todos nuestros corazones hay un anhelo de algo más
en la vida. Nosotros también queremos vivir para algo que valga la pena,
para un propósito más grandioso y noble. Por lo tanto, Cristo nos llama,
como Mateo, a seguirlo.
| Piensa en lo que distintas personas han tenido que renunciar para seguir a Jesús.
¿Por qué, al final, siempre valdrá la pena?
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