Devoción Matutina para Jóvenes
19/10/2019
Jesús vino a representar a su Padre ante los hombres y ante el universo. En el foro del mundo se representa el drama de los siglos, la lucha sin cuartel entre el bien y el mal. Dios insiste y el diablo resiste. Dios es amor, dicen sus actos. Dios es injusto, dice el calumniador. Lo dijo en los atrios celestes y lo repite en el mundo.
Todos en el universo saben que Dios es amor, pero en la tierra no se asimila este concepto. El hombre caído en pecado se ha vuelto obtuso y ha adquirido las tendencias malignas del que lo venció. No basta con escuchar la palabra del profeta que repite las palabras de Dios:
“Con amor eterno te he amado” (Jer. 31:3).
Por eso el Hijo de Dios adopta la naturaleza humana y hace lo que Dios hace siempre: el bien por principio, por hábito y por impulso.
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Jesús busca a los hombres y les habla palabras de esperanza. Los cuida, los cura, los llama a su pecho de Padre amoroso. Se desvela por ellos, camina sobre el mar para socorrerlos, reprende las tormentas para protegerlos, los saca de la tumba, lo que hará al fin de la historia con todos sus fieles. Pasa por las aldeas de los dolientes y deja en ellas hosannas y aleluyas. Sufre por ellos y en su lugar. Permite que lo hieran y lo escupan, que lo azoten y lo maten en una cruz, más luego se levanta de la tumba por amor a ellos. Vence a sus enemigos: el diablo, el pecado y la muerte, y los exhibe ante los habitantes de la tierra y el cielo.
Todos en el universo saben que Dios es amor, pero en la tierra no se asimila este concepto. El hombre caído en pecado se ha vuelto obtuso y ha adquirido las tendencias malignas del que lo venció. No basta con escuchar la palabra del profeta que repite las palabras de Dios:
“Con amor eterno te he amado” (Jer. 31:3).
Por eso el Hijo de Dios adopta la naturaleza humana y hace lo que Dios hace siempre: el bien por principio, por hábito y por impulso.
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Tal fue la misión de Jesús: convencer a los hombres de que Dios es bueno, demostrar a los habitantes del universo que lo malo que se ha dicho en contra de su Padre son calumnias. En Jesús contemplamos a Dios.
dijo el Salvador.
“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9),
Contémplalo hoy en los evangelios y contemplarás a Dios..
Esto Fue:
La Devoción Matutina para Jóvenes
Será en Otra OCASIÓN.
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