Una gran duda para la iglesia era que hacer con los gentiles. ¿Calificaban para ser salvos? Y si era asì, ¿qué debía exigírseles: circuncisión, fiestas, sacrificios, comidas, tradiciones? Eso provocó el Concilio de Jerusalén, - 49 dC - (Hch. 15).
Este Concilio fue clave en la historia de la iglesia. Probó la capacidad de convocatoria de la iglesia, el recurso del consenso, la organización, el sistema de representación, la sabiduría que hay en la decisión de varios, y no de un hombre.
Este Concilio es importante también porque proclamó ya la independencia del cristianismo, de la fe judía. Era realmente ya otra organización, otra estructura, otra filosofía, otra comunidad de fe. Además estableció que todas sus iglesias locales, no debían tener trabas nacionales ni raciales.
Todos los apóstoles y los obispos de casi todas las iglesias de mediados de siglo se dieron cita. El debate fue acalorado, pero el testimonio de Pedro fue decisivo. Todos comprendieron que no había diferencia entre judíos y gentiles. Sólo debían abstenerse de los ídolos, de fornicación, de comer sangre y animales ahogados (Hch. 15).
Pero la división en la iglesia se agudizó: unos aceptaron lo decidido en el Concilio, pero otros seguían los deseos del partido farisaico… Esto muestra que aún en sus mejores tiempos, la iglesia siempre ha sufrido los embates de gente que sólo esta ahí para hostigar, para estar en contra de los que están a favor, y estar a favor de los que están en contra.
Así el enemigo tenía dos bandos dentro de la iglesia. Satanás logró infiltrar entre los hermanos, agentes judaizantes. La controversia fue tal, que años después Pablo tuvo que escribir la carta a los Gálatas, quienes ya estaban cayendo de nuevo en las tradiciones judías.
Un poco antes y por esta época, Pablo llevó a cabo sus viajes misioneros….
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